Se rumorea zumbido en distribuidora de challas

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81 abril de 1958 se daba a conocer en Melipilla con Contumaz Sin Causa, delante unas butacas que serían testimonio de un florecer de identidades juveniles en todo el mundo. Para Luis Saavedra, un chiquillo por aquella época, este cambio se traduce a la existencia melipillana en dos elementos: motonetas y rock and roll. En la plaza de Melipilla había rock and roll, se escuchaba a Bill Halley en los parlantes de la pérgola, en el kiosco, y eso era básicamente lo que había. Cuando empezó el rock and roll a masificarse, todo cambió, fueron otras costumbres, modas, tendencias. Había una influencia norteamericana. Cambió la forma de vestirse, de peinarse. Nosotros veíamos las revistas que había en la época, el Ecran, por ejemplo, Cuadro una revista que se editaba en Ají sobre séptimo arte y en esa revista tú veíTriunfador cuál era el estilo de vestirse, de peinarse, también en la revista Ritmo. Ayer de esta irrupción, la vida de un Impulsivo en Melipilla Bancal ir de la escuela a la casa, entretenerse en juegos donde la materialidad eran palos, piedras, canales, bolitas, árboles, calles de tierra y sus propios cuerpos, con juegos como el caballito de bronce y el pardilomo. Ayudaban a aventajar el tedio los circos que llegaban a la ciudad con atractivas mujeres como el Bombón del Caribe, los gitanos con sus carpas y, por supuesto, el cinematógrafo con sus cowboys. Vencedorí, Luis Saavedra, con 17 abriles para 1958, relata: Nosotros no podíamos ir todos los díFigura de la semana, porque teníamos ciertas limitaciones, había un cierto protocolo que teníamos que respetar en la casa. Como niños podíamos ir carencia más que el domingo a la matiné, que Bancal una serial, los agregados y una película normalmente de cowboys estadounidenses, o de repente películas de Cantinflas.

68 La primera hado del radioteatro en hacerse presente en la ciudad de los cuatro diablos fue Luchita Botto. Estandarte del apartado en Valparaíso, extendió luego su trabajo a Santiago y de ahí al resto del país. En función de peculiar y noche del 13 de octubre de 1946, presentó El eterno perdón, flamante de Arturo Moya Grau 179, otra figura del radioteatro y que también Cuadro su esposo. La crítica de El Labrador fue tan lapidaria como interesante, pues ponía en evidencia la mirada sobre el arte de un sector importante de la sociedad local. Ay, ante ciertos absurdos no sabemos, a veces, qué cuadra más: si una lástima infinita, un estallido de indignación o una franca carcajada. Si Moya Grau, fuese un dramaturgo que poseyera sin embargo todos los fortuna de la composición y lograra emplearlos con tiento, diríamos que esa parte de la obra le resultaba muy esforzado. Así lo sintió el sabido, que luego de haber aplaudido a los actores al principio de la obra, se mostró frío y desengañado. No podía ocurrir otra cosa ante aquel contrasentido inaudito, ese término escandaloso del drama de Moya Grau, tan ignorante a los principios en que pretendió basar la obra y tan allí de los objetivos educadores que debe tener toda composición teatral, si desea guatar una finalidad estética y contribuir, indirectamente, al mejoramiento de la sociedad 180. A pesar del duro querella, la compañía de Luchita Botto y Moya Grau retornaría en 1948 con El Noveno Mandamiento 179 No es baladí la comparación entre el radioteatro y las telenovelas, lo que se comprueba en que Arturo Moya Grau, figura central de los radioteatros se convirtió en el principal libretista y director de teleseries en los años setenta y ochenta.

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Esta nueva Despacho logró dar saltos cualitativos importantes. El primero es que pasó de las películas de paisajes, panorama de obreros y ejercicios militares, a proyecciones argumentales. Incluso consiguió que allí se realizaran decenas de beneficios, y fue, precisamente, en esos beneficios donde se iban a adivinar experiencias locales de pequeños montajes teatrales, declamaciones, canto e interpretación de instrumentos delante gran divulgado y, como no podía ser de otra forma, las anheladas zarzuelas. Gran parte de la sociedad civil subió a las tablas a interpretar algo. En agosto de 1912, la Segunda Compañía de Bomberos realizó un espectáculo para comprar una ambulancia. El show se dividió en dos partes. La primera se inició con la sinfonía de una banda traída desde Santiago, la siguió una presentación bomberil, luego el discurso de un educando de la Escuela Parroquial y la comedia No temo la asesinato, en dos partes, mediadas por una sinfonía. La segunda mitad del espectáculo incluyó otra sinfonía, el juguete cómico titulado Incertidumbre de afluencia y una marcha final. Con un evento como éste, comenzado religiosamente a las 21 horas, los bomberos podían reunir abundante fortuna y sabido, pues si acertadamente los automóviles eran una rareza, el tren urbano 94 que circulaba por la ciudad permitía que llegase notorio desde distintas partes. Por eso era natural que luego le siguiera 93 La Pueblo, 16 de junio de El tren urbano partía en Vicuña Mackenna, bajaba por Serrano, luego por Ortúzar, parando en El Llano, y siguiendo hasta Puntilla (Huechún), para regresar por Serrano hasta la tiempo. Este tren urbano no Bancal guiado por electricidad, ni por algún combustible, sino que por caballos. Por esta razón se les denominaba carros de crimen

El corte de cinta de aquella mañana de octubre de 1968, presagiaba un futuro de esplendor y alegría para sus dueños y el pueblo que se manifestaba atinado en cada instantánea, con sonrisas y abrazos. Comenzaban esa misma mañana a rotar las cintas que deslumbrarían a miles de niños, campesinos, jóvenes y adultos, que se sorprendían frente a el tamaño y figura de un circuito de primer nivel donde casi se triplicaba la capacidad del Teatro Serrano para una población que, desde 1933, incluso se había triplicado. El mismo día se dieron los últimos retoques, la postrera barrida, el detalle final a un decorado que, por un no corto tiempo, viera acontecer los mejores espectáculos del país y que nació 216 El Labrador, 20 de octubre de

88 mayor. Cecilia 208, por ese entonces la cantante con mayor popularidad de la Nueva Ola chilena, atraía la atención de un circuito colmado en torno a su diminuta figura, su aguda voz y su pubescencia avasalladora. Y si bien la música y los artistas anglos como Elvis o los Beatles no estaban al alcance de Melipilla, la taller de ídolos de la Nueva Ola y del cinematógrafo latino con sus revistas, discos, filmes y singles radiales, acertadamente podía suplirlos en caravanas musicales que llegaban y lo harían aún más con los primaveras. Como la de Oscar Arriagada y su quinteto, cuya primera incursión melipillana con la estrella Wendy y Los Sonámbulos del Ritmo se realizó en dependencias de la manufactura de zapatos Soinca Sobretodo, a la sazón, igual de bienestar y buenos sueldos para una ciudad que a partir de su instalación soñaba con una mayor industrialización 209. En 1965 el Serrano se abarrotaría con el Buscando la Mejor Voz y Conjuntos de la Zona. Los ganadores de ese año serían Los Hermanos González, un conjunto que interpretaba boleros y valses peruanos, pero que ni siquiera llegarían a labrar en un estudio, premio que se daba a los vencedores. Los que se plasmaron en la memoria colectiva y repletaron el circuito fueron otros hermanos, de patronímico Bustos, campesinos oriundos del fundo El Ajial de Curacaví, que a duras penas llegaban con un concordeón y una guitarra para interpretar inicialmente tonadas chilenas. 208 Al respecto: Peña, Cristóbal, Cecilia. La vida en llamas, Santiago de Pimiento, Editorial Planeta, Esta diferencia entre quienes trabajaban en Soinca y los que no resultaba un tanto odiosa, sobretodo para aquellos que no laboraban allí. Vencedorí y todo, contribuyó a que hubiera más hacienda para diversiones y para la creación de viviendas, haciendo crecer geográfica y numéricamente a la antigua Villa Logroño.

La idea de Mesa era que, en caso de tener éxito, se pudiera iniciar pincha el enlace un festival de séptimo arte en Melipilla. La efectividad fue otra y dicho festival nunca se materializó. El cinema chileno no iba a guatar por aquellos años las más de mil aposentaduríGanador del Palace, y siquiera lo haría una cartelera cada oportunidad menos atractiva y actualizada. El esplendor de décadas atrás quedaba en expresiones. El festival Buscando la Mejor Voz y Conjuntos de la Zona no obstante no ostentaba figuras ni aspirantes de nivel. Igualmente, la convocatoria Cuadro amplia, pues de diferentes localidades llegaban para apoyar a sus representantes, aunque más que pasmo, los shows provocaban risas, tanto como los premios que constaban de canastas básicas para el hogar, donde abundaba el papel higiénico, los tarros de jurel y las cajas de fósforos. Para fines de los ochentas, el Palace no acataría ningún atisbo de su salvación. Graduaciones de colegios, funciones especiales de navidad de empresas, una programación de dudosa calidad y peores condiciones de sanidad contribuyeron a su cerradura paulatino. Las posibilidades del entorno tampoco eran alentadoras: si la tv abierta y el VHS habían inflingido duras puñaladas, la tv por cable y la consolidación de video clubes, Adicionalmente de la posterior piratería, harían del Palace una bóveda. Tampoco sería el único. En otras ciudades del país los antiguos teatros y cinematógrafos vivían lo mismo, siendo cerrados o reconvertidos en templos evangélicos y ferias artesanales. Y el centro cultural, o el teatro? Siquiera aparecerían por Melipilla. Las esperanzas estaban cifradas en la alegría que vendría con el fin de la dictadura militar, de la mano de un esperado renacer cultural

9 mos culturales valorables y patrones a imitar. Cuadro igualmente la máxima distracción ciudadana y, poco a poco, se convertía en uno de los epicentros de la disputa por las narraciones que se ponían en entretenimiento, y que tendrá con la irrupción traumática de la cuestión social una de sus primeras pugnas entre una entrada y desestimación Civilización, y, como sin embargo se mencionó, entre las estéticas europeas y la búsqueda de una estética propia. Durante el último cuarto del siglo XIX, el teatro también se vuelve propiciador de una potencia creadora 15, pues progresivamente en suelo Doméstico se comienzan a crear obras y a formar compañíTriunfador que florecen a partir de la zarzuela 16. Para 1900, Pimiento luego contaba con un historial en la creación teatral de este tipo, puesto que en los 30 primaveras previos existieron dieciséis compañíFigura de zarzuela. Los teatros se tornaron aún espacios necesarios para el expansión mismo de compañíGanador teatrales. Si antaño eran utilizados solamente para los montajes de elencos extranjeros o nacionales, a poco caminar se convirtieron en el sitio para ensayos y en una carencia para las compañíFigura locales y sus comunidades, que interesadas en estar sobre el proscenio 17 formaban pequeñas agrupaciones al cornisa de ateneos y establecimientos educacionales. El teatro, como espacio social y artístico, se constituyó, luego, en un punto de avenencia, en donde su abandono o presencia no era un asunto trivial para la actividad creadora y performativa del arte. 15 Op. cit. Piña, pp Op. cit. Piña, p Op. cit. Piña, pp Algunas cuestiones preliminares En particular, la historia social de los teatros en Melipilla está marcada por diversas transformaciones, hasta llegar a la ruina de estos espacios.

23 todavía se fueron poblando de teatros y ciudades como Quillota, Iquique, Curicó, Santo Felipe, Talca, Chillán y Concepción comenzaron a poner sus teatros de pie, replicando experiencias similares a las del Municipal de Santiago. Pero en este supramundo de la pompa operática, existía otro mundo en teatros que nacían en Santiago, donde la zarzuela, las operetas, los espectáculos de variedades se instalaban, atrayendo a un conocido permanente en actos que entendían y que los entretenían, especialmente en dos derivados de la zarzuela: el sainete y el cachivache cómico 70. Ese entendimiento, señala Piña, tuvo mucho que ver con que si acertadamente las zarzuelas estaban influidas por la ópera italiana y la ópera cómica francesa, no tardaron en adaptarse al folklore regional y más en particular al local, siendo protagonizadas por personajes de la calle que hablan el idioma del pueblo 71, llegando Ganadorí a existir teatros donde sólo se presentaban zarzuelas, como el Edén y el Apolo, en Santiago. En este camino, la música y las artes escénicas ganaron en el país creadores y cultores que incidirían directamente en el desarrollo de la música hecha en Ají, en un teatro nacional que estaba naciendo de forma amateur y en el cinema de los primeros primaveras, pues estaban forjando una rica experiencia en acto, escenografía y guiones, especialmente de comedia. Todo esto sucedía en lo alto del escenario, pero los teatros no fueron espacios solamente para la representación en el prosce- 70 De acuerdo a Juan Andrés Piña, el sainete es una estancia breve, generalmente de un acto, de tema humorístico y bullicio popular, que antiguamente se presentaba a continuación de una obra seria o como final de la función.

45 Gibson, Eddie Polo y Fred Thomson a verdaderos íconos blue jeans. Por la pantalla del Esmeralda pasaron también actrices que en todo el mundo dictaban la vanguardia de la belleza femenina: Joan Crawford, Greta Garbo, Pola Negri, Mary Astor, Marion Dixon, eran verdaderas estrellas de un firmamento que abría límites insospechados para observar el mundo y sus confines. Para los señores se hacía agradable presentarse al Esmeralda y tener la posibilidad de ver a estas figuras enigmáticas de sonrisas perfectas, tímidas y arrojadas, dominantes y fantásticas. Para ellas asimismo existía una ventana a un mundo masculino con las producciones estelarizadas por los latin lovers Rodolfo Valentino y Ramón Novarro, protagonista de Ben Hur; y los estadounidenses John Barrymore y John Gilbert. A las cintas de cowboys, comedias y series para niños, como las protagonizadas por el perro Rin Tin Tin, las acompañaban asimismo otras superproducciones épicas, basadas en períodos e hitos históricos y en novelas como Miguel Strogoff y Ana Karenina, estrenadas en 1928 y 1930, respectivamente. La comunidad, acostumbrada a espectáculos teatrales ligados al sainete y al cacharro cómico, conocían con el cinematógrafo otra forma de hacer comedia, de la mano de actores de un humor reflexivo como Charles Chaplin, protagonistas de comedias en el caso de Reginald Denny, comediantes más físicos como Harold Lloyd, otros netamente gestuales liderados por Lon Chaney, y dos que marcaron época: Laurel y Hardy. Pero, cómo sabían los espectadores qué ver?, de qué guisa se informaban, si no existía ninguna reseña u orientación que los guiara en su atrevimiento antiguamente de ir a la boletería? Una forma era acudir al teatro ciegamente, poniendo toda su confianza en la Delegación del Esmeralda, y otra era echarse en brazos en el gran pantalla en sí, bajo el entendido que no existían películas que los aburrieran.

Los rociadores pueden tener entre 1 y varias funciones. Estos tipos de salida del agua pueden ser muy diversos: tipo spray, tipo lluvia, tipo cascada, etc…

12 ANEXO Nº 5 PRIMERA CORRIDA: RESULTADOS DEL ANÁLISIS FACTORIAL A NIVEL DE CENTROS POBLADOS Matriz de correlaciones Indicadores Índice de vulnerabilidad 2007 % PEA ocupada agrínalgas % población rural Tasa de analfabetismo de mujeres % mujeres de con primaria incompleta % jefes de hogar con primaria incompleta % hogares que cocinan con kerosene, tunda % viviendas sin desagüe % viviendas con asfalto de tierra % viviendas sin electricidad Indice de vulnerabilidad % PEA ocupada agrítrasero % población rural Tasa de analfabetismo de mujeres % mujeres de con primaria incompleta % jefes de hogar con primaria incompleta % hogares que cocinan con kerosene, azotaina % viviendas sin desagüe % viviendas con asfalto de tierra % viviendas sin electricidad KMO y prueba de Bartlett Medida de adecuación muestral de Kaiser-Meyer-Olkin Prueba de esfericidad de Bartlett Matriz de componentes a Chi-cuadrado más o menos 107,799.

Los domingos eran de los niños y los lunes eran femeninos, estos últimos con cintas seleccionadas para las mujeres del pueblo que acudían a románticas historias de varoniles figuras como Jorge Negrete, el astro latino de los primaveras cuarenta. Lo malo es que este satisfecho traía consecuencias indeseadas para algunos asistentes, especialmente los de platea, y para quienes anhelaban un teatro silente como un templo. Falta de eso, el teatro bullía con cada escena, lo que hacía más sabrosa la experiencia para algunos y espantosa para otros. Se nos ha hecho ver la urgente carencia que existe en imponer orden entre los asistentes a galería durante las funciones del teatro. No es posible permitir que instrumentos de poca cultura se aprovechen de la semi obscuridad del circuito, para dar rienda suelta a su incultura, debe indetificárseles y proceder a su expulsión de la sala. Carabineros que hacen servicio de vigilancia deben proceder sin contemplaciones contra estos malos medios que continuamente lanzan palabrotas groseras o se dedican a editar inmundicias sobre los asistentes de platea 171. Los anhelos represores de las autoridades se hicieron carne en las rondas policiales que, ante cualquier barullo interior, llevaba a que las fuerzas del orden sacaran a los bochincheros. En esta tarea, un damisela policía de nombre Emilio Marín Huincaleo se destacaba por su creciente éxito de colosal golpeador. El tiempo le alcanzaría un nombre más simple: Paco Marín, apelativo que mezclaba temor y odio, especialmente de los que desde la 171 El Labrador, 4 de febrero de

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